sábado, 31 de diciembre de 2011

Exposición portátil 4-1-2012.

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Hoy quiero compartir con vosotros un paso más en mis intentos por encontrar maneras eficaces y autónomas de hacer público mi trabajo.

La propuesta que os hago intenta eliminar las posibles barreras entre el espectador (vosotros) y la obra expuesta, además del autor. La verdad es que siempre que he hecho una exposición, todo es un torrente de emociones: vienen tus seres queridos, tus amigos y simpatizantes. Y las fronteras entre los interesados en el evento artístico y los interesados en hablar conmigo, esas fronteras, si es que las ha habido alguna vez, cada vez se me hacen más difusas. Antes yo pensaba que esto era como una limitación que imponían mis maneras. Yo me decía: mi público se limita a mis amigos...

Por suerte, mi modo de vida, a la vez que un trabajo y una directriz para mis pasiones, es un perfecto plan de estudios (no planificado previamente) a nivel humano-personal. Y con el tiempo, eso que yo veía como una limitación, cada vez con más rotundidad lo veo como un don que me he encontrado, como una suerte que me pide crecer para hacerme merecedor de ella.

Todos los trabajos que me alimentan (artes, escribir, y todos sus derivados y combinaciones) me hacen pagar una cuota de soledad e introversión. Las necesito. Pero al mismo tiempo, siempre he pensado que hago esas cosas para encontrar caminos hacia la gente. Esa es la paradoja principal. Y me resisto a ser un solitario, y siempre he luchado por resolver ese conflicto.

En fin, esto no lo voy a resolver hoy: no es un problema sólo mío, y es el trabajo de toda una vida. Ese conflicto jalona y personaliza mi camino: soy como soy por mis elecciones, por mis limitaciones, frustraciones e iluminaciones esporádicas.

En "Los Pájaros Viajeros", movido por ciertas circunstancias personales y artísticas, lo que propongo es concentrar el encuentro obra-público garantizando el contacto directo con el autor. Intento que no se marquen las distancias que siempre hay en los "eventos culturales", y a la vez, intento que todo se vea como un encuentro de afectos: os enseño mi obra, respondo a vuestras preguntas, a TODO tipo de preguntas, al mismo tiempo que salgo de los límites de mi estudio por la puerta grande: me doy un baño de amigos-conocidos.

La forma: convoco una reunión tipo tupperware, es decir, venta directa. Nos tomamos unos cafés o unas cervezas, hablamos, y os enseño las obras, que no se cuelgan: las saco de una maleta y os las paso...

El horario y lugar: os espero a partir de las 21 h del día 4 Enero 2012 en un reservado que estamos acondicionando en la
planta alta de CaféTeatro, C./ Cárcel, sn, Coín-Málaga.

Nada más, traigo 90 pájaros, a ver hacia dónde vuelan...

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Los Pájaros Viajeros. 2011-12

GIRA DE EXPOSICIONES PORTÁTILES DE MOSAICO.
21 Dic 2011 - 7 Enero 2012.


¡ATENCIÓN! Estas Navidades os mostraré mis nuevos trabajos sin focos, artificios ni intermediarios, ¿Cómo?



Hago EXPOSICIONES PORTÁTILES de la serie “Cien Pájaros Volando” ¿Dónde?


En cualquier lugar donde no tengamos que mirar el reloj con prisas ni al cielo con temor. Muy sencillo: escucho vuestra cita, y voy con la maleta.



Activemos nuestras redes sociales y personales y organicemos esos encuentros. Todo el mundo está invitado. Os hablaré de mis motivaciones, si queréis, y renovaremos los afectos, mientras os monto la expo en un pispás!



No perdáis la oportunidad de tomar contacto con trabajos hechos con FE y ENTUSIASMO. Creaciones originales, respetuosas con el medio ambiente, y en las que no ha intervenido mano de obra infantil... Bueno, sólo la mía... ejem.



A pesar de que los mayas vaticinaron el fin del mundo para 2012, yo estoy empeñado en pagar el alquiler el mes de Enero. Aún así: mantengo los precios del año pasado!





Espero vuestras propuestas, (no lo dejéis para última hora). Las escucho y me desplazo!

FACEBOOK: José Antonio González Robles
Email: mingo_jag@yahoo.es

viernes, 28 de octubre de 2011

Antonio. 2011


Mural mosaico
59 x 70 cm.




Detalle.

H4GM. 2011


Mosaico sobre madera.
35 x 25,5 x 5 cm


H4GM

Cuando miramos a nuestro alrededor, a lo que nos acompaña, cuando nos miramos unos a otros o nos miramos a nosotros mismos, podemos caer en el error de pensar que la vida ya está hecha, que nosotros y los demás ya somos lo que somos. Podemos llegar a pensar que simplemente tenemos que continuar con las cosas que ya habíamos empezado: mantener los amigos, alimentar el fuego que encendimos, fortalecer nuestra opinión acerca de las cosas y abrillantar nuestra presencia en el mundo. Creo que, de actuar así, estaríamos equivocados: la vida se está renovando constantemente, se está construyendo ante nuestros ojos.

Y la vida no se hace sola. Igual que nosotros tampoco nos hacemos a nosotros mismos, la vida da y recibe, pide y ofrece. Entonces, ¿cómo no prestar atención a lo que sucede ante nuestros ojos con el mismo nivel de atención que dedicamos a nosotros mismos?

Todo lo que ocurre nos está ocurriendo a nosotros, todo lo que se mueve o cambia, se está moviendo y cambiando con nosotros ¿Cómo no sentir que la distancia entre lo que llamamos “vida” o “los demás” y nosotros mismos no es más que una ilusión, una equivocación?

Pensando en cosas así, creo que igual que, secreta o abiertamente, pedimos cosas a la vida, también podemos ofrecer cosas a la vida. Igual que uno se pregunta a sí mismo qué necesita antes de pedirlo, también podemos estar atentos a lo que la vida necesita, podemos escucharla y ofrecer lo que podamos.

A veces se dan situaciones que nos bloquean: no sabemos cómo reaccionar ante lo que está pasando. Nos quedamos sin saber qué hacer o qué decir. Las manos se quedan quietas y la boca permanece en suspenso. Pero lo que llamamos “vida” no se detiene ante nuestra indecisión, sigue pasando ante nuestros ojos, y en ese momento puede que esté echando de menos algo de nosotros.

La vida sigue adelante sin mi apoyo, pues nadie es imprescindible, lo sé. Pero siento que una parte importante se pierde si me quedo callado y de brazos cruzados. En lo que podemos ofrecer a la vida todos somos insustituibles: si no lo haces, queda por hacer, si no lo dices, queda por decir.

Los planetas siguen su órbita, y no me necesitan para ello, y tampoco me necesita la química que rige el crecimiento de las plantas o el curso de los ríos o de los vientos. Pero tengo la íntima certeza de que también formo parte de todas esas cosas que en apariencia están desligadas de mí. Tú mismo eres mucho más y mucho menos de lo que sientes como “tú”.

Así, muchas veces, sólo porque pregunté y me puse cerca, he encontrado mi papel o mi respuesta en lugares, personas y situaciones extrañas a las que no había sido invitado. La vida es real cuando tú, conscientemente, la haces. Es en esas situaciones extrañas, misteriosas, incontrolables, donde me encuentro más curioso y decidido a ofrecer alguna pregunta, alguna ayuda.

Ante las cosas que se rompen, se forman, espontáneamente, filas de voluntarios que se disponen a reconstruir las emociones dañadas.

No sé lo que digo: probablemente no estoy encontrando las palabras correctas, tampoco los hechos que prestarían una ayuda real. Todo es muy confuso cuando las emociones se han despertado antes que tú, y te hacen levantar de la cama a toda prisa, y tú tienes que ir detrás de ellas, guiado por pobres intuiciones, hasta lugares que no sabías que existen. Todo es confuso, pero no puedo faltar al espectáculo de la vida que se construye ante mis ojos. Mi aportación es prescindible, pero también insustituible. Quiero estar y participar.

A veces hay más sentido, más transparencia, cuando hurgamos en lo inexplicado. Por eso, muchas veces me paro delante de muchas cosas que no tienen explicación, y me pongo a esperar a ver qué pasa, a esperar que se me ocurra una respuesta o una reacción, aunque sea ilógica o parezca inútil. La mayor parte de las veces, uno no resuelve nada con su aportación, pero la vida se siente más completa, y las situaciones se ven atendidas en su justa medida. Las cosas se ven afectadas con nuestra presencia, cuando nos ponemos cerca de ellas, a escucharlas, a intentar comprenderlas.

H4GM es ponerme cerca de cosas que no puedo explicar, es ponerme delante y esperar que, aunque no esté en mi mano, mi presencia va a ayudar. H4GM es poner una letra muda en todo lo que no sé decir, pues sé que la vida sabe escuchar esas cosas, sabe valorar los intentos. Mi trabajo es sólo una H para GM, una letra muda que quiere dar aliento a una fe invisible: con mi trabajo puedo abrazar, ofrecer ayuda, aportar calor, desear la salud.

Y ofreciendo la mano, el corazón, sólo quiero estar cerca, encendiendo una luz.

Y que nadie se sienta solo, mientras nos acechan todas esas cosas que nunca dan una explicación.


Detalle de la base.




Visión lateral: detalle de volumen.











Visión posterior: detalle del incensario.

O Sole. 2011



Mosaico sobre madera.
34,5 x 27,5 cm.

domingo, 30 de enero de 2011

Flores en el Zarzal. 2010



Mosaico / madera
Medidas: 0´85 x 0´69 m.

EL HAMBRE TAMBIÉN SE COME.

Cuando muchas cosas parecen haber perdido su utilidad y su ubicación en determinados momentos y contextos, y acaban despreciadas, por ejemplo en la basura, una nueva óptica unificadora, con carácter desprejuiciado, dialogante y creativo puede rescatar y reorientar estas cosas “inútiles” y “desubicadas” en un nuevo contexto, en una nueva idea que acepte sus limitaciones y las convierta en base de algo nuevo. No mejor ni peor. Una nueva perspectiva, un nuevo mundo, donde lo que no servía es el principio de una nueva forma de mirar y crecer, de dialogar y vivir.

Pensemos en quienes van quedando en la cuneta o en la basura, igual que podemos, cambiando de óptica, dar un nuevo valor y dignidad a todo aquello que no sirve, y las cosas que eran escombros se transforman en teselas, y maderas viejas en estructuras escultóricas, y ello es posible porque se nos ha ocurrido que podemos hacer una obra artística, y esa obra es un fruto de la imaginación con cualidades redentoras; pensemos en qué contextos podríamos esforzarnos en crear para dar una nueva dignidad y razón de ser, por ejemplo, a ideas desechadas por una perspectiva limitada o malévola o perezosa, una nueva dignidad y razón de ser por ejemplo, a personas que por elección o imposición están fuera de los cauces normales de la producción, de la atención, del amor.

El Vigía. 2010


Mosaico / madera
Medidas: 1´15 x 0´45 m.


QUE EL AMOR NO TE ENCUENTRE DE RODILLAS.

¿Sabes cuánta madera aprovechable y gratuita puedes encontrar en la calle el día que los BcNeta recogen los muebles? Puedes encontrar la que quieras. Si llegas antes que ellos: aglomerado, ocume, listones de todos los grosores, contrachapados y maderas macizas. Es cuestión de SER portátil y pasear esos días y elegir lo que necesitas. Lo que otros han considerado basura, con un poco de limpieza e imaginación, se ha convertido en las estructuras que hacen posible que los mosaicos de esta exposición sean ligeros de transportar y fáciles de almacenar. Se montan y desmontan como los cuadros, con tacos en la pared. Cuando los trabajos tienen unas medidas menos manejables, las imágenes se dividen en módulos independientes que conforman el todo: un puzzle de estructuras de madera recubiertas de cerámica que pueden almacenarse y transportarse en una maleta.

Todo se está moviendo, y nosotros nos movemos con ello. Aunque no queramos. Aunque no lo sepamos. Nadie quiere más gravedad, ni más pesadez. Tampoco más estatismo. Y estaría bien si muchas cosas que nos importan fueran más ligeras, más fáciles de vivir. No es sencillo de conseguir, pero es un esfuerzo que nos dignifica. Lo de hacer la vida más vivible, digo.

Los mosaicos portátiles quieren ser fuertes y ligeros. No quieren ser un problema en esta vida que se está moviendo no sabe hacia dónde. Quieren ser fáciles. Quieren ayudar al movimiento. Si son grandes, se dividen hasta entrar en maletas; si son pequeños, vienen en mochilas. No quieren ser una carga más en nuestro paseo que es vivir; no quieren pesar ni detener la marcha de lo que quiere moverse. Quieren pasear, que a lo mejor así, encuentran algún fin al camino, y no sólo un final. Quieren pasear porque están hechos de paseos.

Los paseos en las noches de los trastos hacen las estructuras de madera, pero ¿sabes cuántas casas se están reformando ahora en las calles de la ciudad vieja? Muchas. Sólo hay que seguir siendo portátil, y seguir paseando tranquilo con tu mochila con libros e ideas, también con tus temores e inseguridades, de acuerdo, pero no la llenes del todo, deja espacio para nuevos tesoros encontrados en la basura.

Se han hecho viejas las paredes de la casa del patrón que empezó de obrero. Se han hecho viejas también las paredes del que nació entre algodón fino. Y con una paciencia más alargada, también se harán viejas las paredes del que sólo heredó trabajo de sus padres. Hay que reformar la casa del que busca a Dios para agradecerle la vida, y hay que reformar la casa del que busca el libro de reclamaciones de Dios. Se mueven las familias, los sentimientos y los apetitos, y habrá que renovar la fontanería, habrá que hacer un nuevo cuarto, ampliar la cocina, cambiar los colores del baño. La electricidad y el descansillo. Pasea tranquilo, que todo se está moviendo contigo. A favor de tu voluntad o a su pesar. Los cascotes de adobe, retorcidas tuberías de plomo, cables viejos, yesos caducos, linóleos, pinturas entristecidas y esplendores derrotados van moviéndose hacia el contenedor de reformas. También las baldosas de cerámica de los suelos y las paredes. Es moverse lento y pasar justo cuando bajan a la calle. Parecían basura, parecía su final, pero no, han encontrado un nuevo fin. Todo se mueve hacia un final, pero por el camino, manteniendo abiertos los ojos del corazón, encontramos muchos fines.

Llené la mochila con un azul celeste en Santa Caterina, un adobe amarillo de los años 40 en Tallers, un estampado rojo y blanco setentero en Poblenou, una filigrana de los años treinta en Santa Anna, y un jaspeado rosa de los 50 en Joaquim Costa. Llené la mochila con salmón sucio del Borne y con cremita de Encants. Los arrancaron de sus casas y nos encontramos en la basura. Los limpié. Los corté con unos alicates. Los inserté en un dibujo y ahora hacemos juntos el camino.

Jose A. González


(Texto de presentación de “QUE EL AMOR NO TE ENCUENTRE DE RODILLAS”
Mosaicos portátiles de Jose A. González.

Tetería Caj Chai, Sant Doménech del Call, 12. Barrio Gótico, Barcelona.
Del 14 de Mayo al 31 de Julio de 2009)